De la pechuga de pollo, sacamos la aguja, la pieza más pequeña y delicada de la pechuga de pollo, extremadamente tierna y sabrosa, sin nada de grasa ni colesterol. De estas piezas hacemos unas hamburguesas que a diferencia de lo que puede parecer, salen extremadamente tiernas, y con una textura muy interesante. Ideal para aquellas personas que les cuesta masticar, para los niños pequeños o para los deportistas que necesitan controlar hasta el último miligramo de la grasa que consumen.
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